# Momentos para reflexionar y valorar cada instante
Año 2019, un virus llamado COVID-19, aparece en China. No se le da importancia, y sin darnos cuenta en el mes de febrero del año 2020, dicho virus tiene el poder de paralizar al mundo entero.
La VIDA, nos ha obligado a PARAR.
Lo que está sucediendo no somos capaces de expresarlo con palabras. Parece una película o un sueño que está empezando a ser más largo de lo esperado y todos, absolutamente todos, estamos deseando que termine.
Es más que evidente que nada es casualidad. El mundo entero se ha parado y nos está invitando a reflexionar. Nos está invitando a pensar sobre el SENTIDO de NUESTRA EXISTENCIA.
¿Para qué estamos en este planeta?
Para consumir sin medida, para competir constantemente entre unos y otros, para vivir en automático, a gran velocidad impidiendo valorar la pequeña esencia de las cosas, para destruir todo aquello que pisamos, para crear desequilibrio y desigualdad a todos los niveles…
Sin darnos cuenta, en un suspiro, nos cambia la vida a todos. Cierran fronteras, impiden salir a las calles, la sanidad se colapsa, se desata el pánico social, y todo es un caos.
Incrédulos sobre todo lo que está sucediendo, negamos la situación y no queremos creer que esto esté sucediendo a nivel mundial. Algunos se enfadan porque las medidas adoptadas no están siendo las correctas, otros sienten miedo porque creen que van a enfermar, otros se entristecen al ser conscientes de la vulnerabilidad… bueno, tal vez, todos sintamos estas emociones.
Pero tras varias semanas de confinamiento, somos afortunados y disponemos de momentos de reflexión, de estar con uno mismo, momentos para conocernos mejor, momentos para valorar, cada instante. Momentos para relativizar y priorizar, y ser conscientes de que …
“La Salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás es nada”
Algo tan esencial como respirar aire puro, algo tan esencial como la libertad de movimiento, algo tan esencial como estar y sentir a las personas que amas, algo tan esencial como comunicarnos mirándonos a los ojos, algo tan esencial como abrir los ojos cada mañana y ver un nuevo amanecer...
Empezamos a ser conscientes de la fragilidad de la vida. Vemos la oportunidad de aprender, de ser mejor persona, de sacar lo mejor de uno mismo, de pensar en los demás, de compartir, de ayudar, de vivir el presente, el ahora.
Vemos qué en medio de toda dificultad, hay una oportunidad. Empezamos a hacer frente a las adversidades de la vida. Empezamos a transformar el dolor en fuerza motora para superarnos y salir fortalecidos.
Aprendemos que la felicidad no viene de las cosas materiales del mundo, sino de la alegría que se siente por estar vivo. El sentir que tenemos una vida útil en la que poder compartir, hablar, reír, soñar, cantar... con las personas que amamos, es algo tan sencillo y necesario, que empezamos a ser agradecidos. Agradecemos cada mañana o cada noche absolutamente todo.
Aplaudimos todas las tardes a las 20:00 y agradecemos el esfuerzo que están realizando no sólo las personas que están en el ojo del huracán, sino el esfuerzo que estamos realizando todos, absolutamente todos.
¡Por fin, todos hacemos algo a la vez!
El mundo, empieza a unirse. Todos nos unimos para luchar y ganar esta batalla, independientemente del sexo, raza, religión, ideología…
Por fin aprendemos que juntos somos más fuertes.
Que el ayer, es historia, que el mañana es un misterio y el hoy es un milagro.
Por fin… empezamos a unirnos como personas y cuidarnos como humanidad.
Sin palabras… eternamente agradecida.
Un abrazo inmenso,
Marta Ruiz Montero
Coach Personal