EL ARTE DE VIVIR Y SER TU MISMO

Para aquellos que están leyendo estas palabras…enhorabuena.

Estás vivo y tienes un gran reto… el gran reto de saber VIVIR LA VIDA.

Seamos agradecidos sólo por el hecho de nacer. Llegamos a este mundo como seres únicos, puros, sin límites, sin creencias, sin prejuicios…llenos de VIDA, de amor y luz. Nacemos con la capacidad de aprender a soñar, pero los que nos precedieron no nos enseñaron a soñar.

Por medio de la repetición es como aprendemos todo lo que sabemos. Aprendemos qué creer, y qué no creer, qué es bueno y qué no lo es, qué es correcto y qué es incorrecto, qué se entiende como bello...

Nacemos sin escoger el lugar, ni la lengua, ni la religión, ni nuestros valores, ni creencias. No tuvimos la oportunidad de elegir al nacer. Cuando somos niños, creemos todo lo que nos cuentan y dicen. Las creencias que nos transmiten son tan fuertes, que cuando somos pequeños, no somos lo bastante fuertes y conscientes para revelarnos, y por tanto, aprendemos, quizás, modelos ajenos, encorsetados, e incluso vacíos a nuestro pequeño entender. 

Desde pequeños recibimos información, en todo momento nos dicen cómo hemos de vivir, cómo debemos ser...

Si nos mostrábamos distintos y en contra de esa información, nos castigaban, por el contrario si cumplíamos las normas, nos premiaban.

Así, es como aprendemos a ser quien los demás quieren que seamos. Aprendemos a complacer a los demás para no ser rechazados. Este miedo, se convierte en baja autoestima, y terminamos siendo quien no somos. Nos convertimos en copias. Y cuando llegamos a la edad adulta, nuestra mente empieza a comprender que hemos hecho demasiadas concesiones, empieza a comprender que no somos quien queremos ser, nuestra mente empieza a revelarse y aprende a decir no. Queremos ser nosotros mismos. Nos rebelamos para defender nuestra libertad. Pero antes de todo eso, aprendemos tan bien la lección, que terminamos siendo nuestro propio domador, y sólo cuando la vida nos golpea muy fuerte, despertamos de ese sueño creído y buscamos otro. Buscamos nuestro sueño.

Nuestras creencias son las que gobiernan nuestra mente. Nos enseñan. Aprendemos a juzgar todo y a todos. En nuestra mente hay una vocecita que nos juzga a nosotros mismos, juzga lo que sentimos, lo que hacemos, lo que decimos, lo que pensamos, llegando así a sentirnos culpables muchas veces a lo largo del día.

Las creencias son tan fuertes, que aún siendo conscientes de ello, aún intentando tomar nuevas decisiones, controlan nuestras vidas como antaño.

Sentimos miedo, inseguridad.

Necesitamos, por tanto, grandes dosis de valentía para desafiar a nuestras creencias.

No lo escogimos, pero sin embargo sí lo aceptamos. Aprendimos todo lo que nos contaron. Y en ese sueño que creímos, está el sufrir, el vivir con miedo…

Tras ciertos años de vida, hay personas que siguen en ese sueño, y hay personas…que despiertan, que buscan respuestas. Buscan fuera, y siguen buscando, cuando sin embargo todo está dentro de nosotros. Esa personita, pura, única, llena de vida, amor, está dentro de nosotros, pero nos cuesta encontrarla. Nos resulta imposible ver quienes somos realmente, nos resulta imposible ver que somos libres.

Estar vivos y ser quienes queremos ser, es nuestro mayor miedo.

Nuestro mayor miedo no es que no encajemos.
Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada.
Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta.
Empequeñecerse no ayuda al mundo.
No hay nada inteligente en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor.
Todos deberíamos brillar como hacen los niños.
No es cosa de unos pocos sino de todos.
Y al dejar brillar nuestra propia luz, inconscientemente, damos permiso a otros para hacer lo mismo.
Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera, automáticamente, a otros...

Nuestro mayor miedo es arriesgarnos a vivir. Tenemos miedo de expresar lo que realmente somos. Aprendimos a vivir, intentando satisfacer las exigencias de los demás por miedo a no ser aceptados y no ser lo suficientemente buenos para el resto. Necesitamos que los demás nos acepten y nos amen, pero nos resulta imposible aceptarnos y amarnos a nosotros mismos.

Y en este despertar, algunos empiezan a ser conscientes de todo esto, y ahí nace la fuerza, la valentía necesaria para romper ese acuerdo basado en el miedo, y de pronto firmamos un acuerdo con nosotros mismos. Y en ese acuerdo, te dices, quién eres, qué sientes, qué crees, cómo te comportas…empiezas a ser tú, empiezas a ser de nuevo único, y por fin, auténtico.

Ese acuerdo contigo, requiere mucha energía y amor. La energía en ocasiones se disipa, se pierde, pero si el amor existe, la energía, no solo se mantiene, si no que aumenta.

Antes de despertar…SOBREVIVES, tras despertar…VIVES.

Sin duda, VIVIR ES UN ARTE.

Un abrazo inmenso,

Marta Ruiz Montero
Coach Personal