# ¿Por qué?
Quizá, porque cuando lo necesitamos, no estamos en nuestro mejor momento. Falta de ilusión, de seguridad, de alegría, de confianza, de entusiasmo, de comunicación, de autoestima, de compromiso, de motivación, de tiempo... ¿Te suena?
La Vida, es un viaje, y ahora estás en este momento, en el momento presente.
Tu pasado, lo has dejado atrás, y tu futuro, está por delante.
En alguna ocasión, seguro que te haces preguntas sobre cómo quieres que sea tu futuro, y tal vez no tengas respuestas para dicha pregunta. Pero estoy convencida de que sí sabes lo que no quieres que suceda en tu futuro.
Con respecto al presente, lo normal es que sepas decir lo que te gusta y lo que no te gusta. Y si viajas a tu pasado, seguro que del mismo modo sabes decirlo, tanto lo que te gustó como lo que no te gustó de él. Sin embargo, con respecto a tu futuro, tal vez, tengas dudas.
Cuando somos pequeños, recibimos mucha información. En todo momento nos dicen cómo hemos de vivir, cómo hemos de comportarnos, cómo debemos ser... sin embargo no nos enseñan a confiar en nosotros mismos.
En muchas ocasiones, creer en ti, y tener claro lo que quieres, es etiquetado como prepotencia, y llegamos a escuchar palabras como estas: “Tienes que trabajar duro, el destino está escrito, olvida tus sueños, las cosas son como son, nunca se puede cambiar...”
Estas palabras, nos frenan en muchas ocasiones, impidiéndonos tomar decisiones y hacer cambios en nuestra vida.
Si reflexionamos sobre ello, precisamente la forma de conseguir objetivos y metas es visualizar lo que quieres y soñar con ello. Si sabes por qué lo quieres y para qué lo quieres, es importante ponerle fecha de caducidad, y trabajar para conseguirlo y alcanzarlo.
En función de lo que creas, conseguirás hacer cambios o quedarte cómo estás. Todo depende de ti.
Antes de continuar, vamos a aclarar algunos conceptos.
Actualmente el concepto de “Zona de Confort” es muy utilizado. La zona de confort es aquella zona en la cual una persona se mueve de forma habitual. En esta zona, todo resulta conocido y cómodo, independientemente de que cómo sea. Tus hábitos, tus habilidades, tus rutinas, tus comportamientos, tu actitud... son parte de tu zona de confort.
Fuera de esta zona de confort, está la zona de aprendizaje, y a esta zona salimos para ampliar nuestra visión sobre el mundo. En esta zona, aprendemos cosas nuevas, aparecen nuevas sensaciones, y sin darnos cuenta se modifican hábitos, tenemos nuevos puntos de vista, aumentan las relaciones personales, conocemos nuevos países, idiomas, culturas... En la zona de aprendizaje, experimentas, observas, aprendes...
En función de cada persona, la zona de aprendizaje puede apasionar más o menos.
Si eres de las personas que les gusta aprender, estarás en la zona de aprendizaje con frecuencia. Sin embargo, si eres de las personas que les asusta lo desconocido y lo nuevo le parece peligroso, preferirás quedarte en la zona de confort.
Hemos hablado de la zona de confort y de la zona de aprendizaje. Y tras ella, está la zona de “no experiencias”.
Las personas, que no salen de la zona de confort, son las personas que consideran la zona de no experiencias, como la zona de pánico, un lugar en el que suceden cosas horribles, y muy graves. Sus mensajes son del estilo... ¿Y si te equivocas? ¿Y si no te sale bien?...
Sin embargo, las personas que piensan de forma positiva y piensan que las cosas sí pueden salir bien, consideran esta zona, como la zona mágica. Consideran que en esta zona pueden suceder cosas extraordinarias, que aún no conocen porque no han estado allí. Para este tipo de personas es la zona de los grandes retos.
Tras aclarar estos conceptos, lo que sucede es lo siguiente.
Cuando te enfrentas a nuevos retos, la zona de confort, en ningún momento desaparece, lo que sucede es que se amplía, tanto la zona de confort como la zona de aprendizaje.
Los CAMBIOS, son retos que abren la puerta a nuevas oportunidades, e implican que añades cosas a lo que ya tienes actualmente.
Todo CAMBIO, es DESARROLLO.
Puede parecer miedo a lo desconocido, pero en realidad, el miedo, es miedo a perder, a perder lo que tienes o miedo a perder lo que eres.
Para ello, entonces, tu motivación, aquello que te mueve a avanzar, tiene que ser más poderoso que el miedo que te impide moverte. Por lo tanto, es importante, trabajar las emociones, y los miedos que provocan ampliar la inicial zona de confort.
Estos miedos suelen ser miedo al fracaso, miedo al que dirán, miedo al ridículo, miedo a no ser suficiente, miedo a la vergüenza...
Lo primero, antes de nada, es identificar esos miedos para poder enfrentarte a ellos.
Si gestionas tus miedos, aumentará tu autoestima, tendrás una nueva visión de la realidad, y lo que verás son ... oportunidades.
De esta forma tendrás más claros tus objetivos y metas, y encontrarás un qué, que te motive.
En este punto, serás capaz de ver dónde te encuentras y dónde quieres llegar. Empiezas a tomar conciencia de lo que necesitas aprender para conseguir tu objetivo.
En este caso, es importante que conectes contigo y recuerdes, tus principios, tus valores... es importante en este momento, que recuerdes el para qué de tu objetivo.
En cuanto elimines tus creencias limitantes, confíes en ti, y en aquello que quieres conseguir... habrá llegado el momento de pasar a la acción. Empiezas a experimentar el placer de perseguir tus objetivos, tus sueños.
Al principio, tal vez te sientas vulnerable o incompetente, tal vez piensas que puede ser arriesgado o una locura...
Yo aquí, en este caso, te doy la ENHORABUENA. Eres humano y estás aprendiendo, no puedes saber de todo, ni ser bueno en todo.
En este punto es importante que te valores, y te reconozcas que estás caminando y avanzando hacia tu objetivo.
Si estás en este punto es importante que recuperes la sensación de ser competente. Es importante que vuelvas a la zona en la cual estabas cómodo, y seguro, y saques tus fortalezas, tus habilidades, tus recursos...y de nuevo los vuelvas a poner en práctica.
Ahora, en este punto, es importante lo siguiente, tómate tu tiempo, y tu tempo, la paciencia es muy importante.
Confía en ti, y elabora una buena estrategia. Piensa en positivo, sé perseverante, constante, paciente, y si te caes, levántate y comienza de nuevo.
Sin darte cuenta, antes de lo que imaginas, habrás conseguido aquello que es importante para ti.
Para finalizar, es importante mencionar que, en un Proceso de Coaching, se trabaja todo lo indicado anteriormente y como Coach Profesional puedo acompañarte a conseguirlo.
En un próximo artículo, hablaré de ello.
Seguimos caminando,
Un abrazo inmenso.
Marta.